La Comisión Europea está decidida a poner en marcha una Estrategia para garantizar el respeto de los derechos de propiedad intelectual en terceros países, con la finalidad de hacer realidad los propósitos del Acuerdo sobre los ADPIC, que no se cumple por todos los Estados. La lucha contra la piratería y la falsificación necesariamente debe adoptar medidas a nivel internacional, pero para implicar a ciertos Estados hace falta darles a conocer la magnitud del problema y sus consecuencias (sobretodo hacerles ver que a la larga les beneficiará).
Es fácil hacer un paralelismo entre este instrumento y el Plan Antipiratería del Gobierno español pero, al margen de que el primero es más ambicioso (no se circunscribe a lo audiovisual), existen diferencias.
La primera que he visto, el lenguaje utilizado: no incluye esa crítica a la sociedad que no rechaza la piratería musical y el tufillo revanchista del Plan, sino que tiene un discurso objetivo. Pero, lo más importante, se habla de piratería refiriéndose únicamente a la venta de mercancía ilegal, sin que aparezca ninguna alusión a la descarga de contenidos a través de Internet. Quizá en la Unión Europea tengan más claro lo que es piratería y lo que no.
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