Ayer pasé por ahí y me encontré con esto:
No se cumple con el deber de información que impone el artículo 5 de la Ley Orgánica de Protección de Datos, ni se solicita el consentimiento de los afectados. Y, además, se trata de menores de edad.
La Agencia de Protección de Datos se ha pronunciado ya al respecto del consentimiento otorgado por menores de edad, poniendo la barrera en los 14 años, fecha a partir de la cual les considera con capacidad suficiente para prestar dicho consentimiento. En caso de menores de 14 años, por tanto, deberán ser sus representantes legales (padres o tutores) quienes lo presten. En este caso, ni siquiera a los menores se les solicita.
Supongamos que McDonalds, con anterioridad a principios del año 2000 (entrada en vigor de la LOPD), mantenía sus ficheros en papel, por lo que no le sería de aplicación la ley anterior. Desde entonces han pasado cinco años, en lo que esta empresa habrá estado recabando datos de ¿miles? de menores de edad en toda España en contra de la ley. Y supongamos que uno sólo de estos casos constituye únicamente una infracción leve, castigada con multa de 600 a 60.000 euros (redondeando).
La cuantía de la sanción se gradúa en función de la naturaleza de los derechos personales afectados, al volumen de los tratamientos efectuados, a los beneficios obtenidos, al grado de intencionalidad, a la reincidencia, a los daños y perjuicios causados, y a cualquier otra circunstancia relevante para determinar el grado de antijuridicidad y de culpabilidad. Seguro que la edad de los interesados es un elemento a valorar, así que echen mano a la calculadora.
Es increíble, además, que McDonalds tenga inscrito este fichero en el Registro de la Agencia, por lo que alguien les habrá asesorado en la implantación de la LOPD y no ha caído en este insignificante detalle. Sé que últimamente los abogados blogueros estamos algo pesados con la LOPD, pero es que este tema daría para llenar un blog todos los días.
Vengo del cine con mis niñas (por cierto, recomiendo «La búsqueda» y luego – con críos ya se sabe – hemos ido al «Mac leches»…en fin, que me has ahorrado un post, 😉
De pesados nada. Al final la única manera que aprendamos es incidir en los fallos y exponer cómo sería la forma correcta de hacerlo.
Algunas veces, a pura fuerza de ser pesados es cómo se consiguen las cosas… Seguid siendo así de pesadicos… 🙂
Gracias 😉