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Propiedad intelectual en Japón

Viendo las noticias del atentado de Londres (tristísimo reflejo del de Madrid) me he acordado de Lovells, joya de la corona inglesa en lo que a despachos de abogados se refiere. En su favor hay que decir que cuentan con lo que ellos llaman Pro Bono, cosa que no he visto en ningún despacho español. La web tiene algunas curiosidades, como el prescindible título de la imagen de la página anterior y que en su sección de servicios on line, párrafo donde hablan de Anchovy (propiedad intelectual e Internet), tienen un error con los <br>, nada importante pero que hace feo.

En su sección de publicaciones encuentro un artículo que habla sobre las transformaciones de la propiedad intelectual en Japón. El sistema de Japón en esta materia es muy similar al de EE.UU., ya saben, tienen bajo el mismo nombre propiedad intelectual e industrial y admiten la patentabilidad de los programas de ordenador (no comento la noticia de ayer porque otros lo han hecho ya) pero, pese a las críticas, hay que reconocer que en muchas cosas nos llevan una ventaja espectacular. Tienen un tribunal especializado en propiedad intelectual que resuelve recursos de tribunales inferiores y unifica doctrina, su Oficina de Patentes colabora estrechamente con las universidades, y una reciente reforma en la ley obliga a que los trabajadores perciban una remuneración razonable por las invenciones que realicen, que el tribunal puede modificar si considera no equitativa y, caso de no pactarse, la fijará en función de criterios como el beneficio obtenido por la empresa. Observen el artículo 15.2 de la ley española y díganme dónde se está fomentando más la investigación.

Asusta, por otro lado, que su Oficina de Patentes tenga 650.000 solicitudes pendientes (y subiendo), por lo que han decidido subcontratar (lo que ahora algunos llaman outsourcing o externalización) las búsquedas de estado de la técnica (prior art) en empresas privadas, y que se mencionen negociaciones entre dicha oficina, la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU. y la Oficina Europea de Patentes para cooperar en los procesos de admisión y para reconocerse mútuamente las patentes.

Publicado enPropiedad Intelectual e Industrial

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